TOPOLOGIK.net   ISSN 1828-5929      2008, nº 3


Karl-Otto Apel y su presencia

en la filosofía latinoamericana

Raúl Fornet-Betancourt

  1. Observación preliminar

No cabe duda de que el filósofo Karl-Otto Apel es, desde hace ya varias décadas, una de las figuras protagónicas de la filosofía alemana que más influyen en la discusión filosófica internacional contemporánea. Por eso mismo se le considera con todo derecho y a muy justo título como parte sustancial del presente que escribe la filosofía en nuestra compleja época.

Traspasando las fronteras de su patria y de Europa, el impacto de la obra de Karl-Otto Apel se ha hecho sentir y repercute hoy, en efecto, en todos los continentes de la tierra. Su obra es referencia obligada para muchos discursos filosóficos actuales.

Y es que Karl-Otto Apel no solamente ha practicado un filosofar con explícita vocación universalista sino también, y acaso sobre todo, porque ha sabido entender que la filosofía no es ni debe ser un pensar que vive únicamente de su pasado, es decir, dialogando con las grandes tradiciones de su propia historia, sino que debe comprender más bien ese diálogo – que es naturalmente necesario, ya que todo filosofar se hace en y desde una historia de argumentaciones – como un apoyo orientador en el camino que debe hacer todavía justo en tanto que pensar consciente de los desafíos específicos que le plantea su momento histórico.

Nada de casual tiene – porque es precisamente una consecuencia lógica de la concepción de la filosofía que acabamos de apuntar en Karl-Otto Apel – que una de sus obras fundamentales lleve el significativo y programático título de Transformation der Philosophie, y que se la entienda como un proyecto de largo alcance que busca transformar la tradición de pensamiento filosófico vinculada al nombre de Immanuel Kant imprimiéndole un nuevo rumbo a la luz del horizonte de la pragmática trascendental del lenguaje. Decisivo es notar, sin embargo, que este programa de transformación de la filosofía no se agota en el intento de demostrar la necesidad interna que tiene la filosofía misma de progresar teóricamente mediante el diálogo creativo y recontextualizado de sus tradiciones pasadas. Pues tan importante como este aspecto es en el planteamiento de Karl-Otto Apel la intención de que, justo por la transformación propuesta, la filosofía se ponga en condiciones que le permitan responder mejor a la nueva situación histórica en la que se encuentra la humanidad hoy.1

Creemos que es este doble aspecto lo que ha facilitado el impacto de la obra de Karl-Otto Apel en el panorama filosófico actual; una influencia que, de acuerdo con el mismo carácter complejo de la obra, se constata en muchos campos de la reflexión filosófica e inclusive más allá de la filosofía en sentido estricto, como muestra, por ejemplo, su recepción en la teoría política, en las ciencias económicas o en la teología.

Hemos querido empezar anteponiendo estas breves consideraciones sobre el significado de las aportaciones de Karl-Otto Apel al desarrollo del pensamiento contemporáneo para que el reconocimiento de su complejidad temática así como de su alcance internacional no sirva, por contraste, de cara a subrayar que el presente trabajo, que escribimos como sentido homenaje con ocasión del 85 aniversario del nacimiento de Karl-Otto Apel, nos ocuparemos tan sólo de uno del múltiples aspectos o temas que se podrían tratar en base a la fuerte personalidad de su obra. Como indica el título con el que anunciamos nuestra colaboración a esta obra colectiva en honor del maestro, nuestra intención es la de ofrecer en estas páginas una reflexión sobre una dimensión muy limitada de la proyección de la obra de Karl-Otto Apel, a saber, su presencia en la filosofía latinoamericana de nuestros días, entendiendo lo de “presencia” en un sentido preciso y casi literal; pues nuestro propósito no es reconstruir la historia de la recepción de las ideas de Karl-Otto Apel por parte de sus discípulos y/o críticos latinoamericanos.2 (Lo cual por cierto es una tarea que está todavía por hacer y que requiere, por consiguiente, un trabajo especial). Nos proponemos más bien – sin negar que lo que ofrecemos aquí se puede entender como una aportación específica a la recepción de la obra apeliana en América Latina – documentar la “presencia” de Karl-Otto Apel como interlocutor, vivo y activo, de la filosofía latinoamericana.

 

2. La presencia de Karl-Otto Apel en la filosofía latinoamericana

Precisando todavía más lo que hemos avanzado sobre el carácter del presente estudio, queremos añadir ahora que en estas páginas hablaremos sobre todo de la “presencia” de Karl-Otto Apel en la filosofía latinoamericana en el sentido de una presencia dialógica que, precisamente por hacerse presente en la forma de la “Auseinandersetzung” directa con otras posiciones filosóficas, no rehuye la controversia ni la crítica. De esta forma es una presencia que se hace parte de un debate abierto y que logra incidir así en el curso mismo de la filosofía con la que debate, en este caso la latinoamericana.

Queremos hablar, pues, si se prefieren estos términos, del proceso mediante el cual Karl-Otto Apel interviene activamente en el curso del desarrollo teórico de la filosofía latinoamericana y comienza a ser parte interlocutora de su propia historia. Por eso – salvando la posibilidad de interpretar este intento también como “recepción”, tal como apuntábamos arriba – preferimos aquí el término “presencia”; “presencia” que, como decíamos, se hace presente por el diálogo y en el diálogo.

Para rastrear los momentos decisivos de esta presencia de Karl-Otto Apel en la filosofía latinoamericana, recurriremos a su participación en los Seminarios del Programa de Diálogo Norte-Sur porque esta iniciativa de intercambio filosófico comenzó como un diálogo entre la ética del discurso y la filosofía latinoamericana de la liberación que tuvo precisamente al filósofo alemán como su protagonista más destacado. Aquí comenzó el camino de la presencia que queremos referir en esta consideración y que marcó también un tipo nuevo de intercambio filosófico. Pues, como bien se ha observado,: “La confrontación que viene haciéndose desde hace unos años entre las así llamadas “ética del discurso” (o también “ética comunicativa” o “ética discursiva”) y la “ética de la liberación” representa una especie de apertura de una nueva forma de diálogo filosófico, cuyos interlocutores, más que meras “tendencias” de pensamiento, parecen o podrían ser dos idiosincracias intelectuales: la europea y la latinoamericana. Se trata, por de pronto, de dos módulos filosóficos, dos maneras de entender la función misma del pensar. La confrontación entre ellas representa un enfrentamiento, pero, en no menor medida, un signo de confluencia”.3

Tratemos, por tanto, de ilustrar esta “presencia” que se mueve entre la controversia y la confluencia historiando en sus grandes rasgos el impacto de Karl-Otto Apel en los mencionados Seminarios del Programa de Diálogo Norte-Sur.

La entrada de escena, por decirlo así, tuvo lugar en noviembre de 1989 cuando se llevó a cabo en Freiburg el primer encuentro de este programa de diálogo y el filósofo alemán en una magistral y muy reconocida conferencia expuso el perfil filosófico así como la arquitectónica de la ética del discurso desde su propia lógica argumentativa; pues no se trataba todavía de entrar en diálogo con otra posición, en este caso, con la filosofía latinoamericana de la liberación, sino de abrir primero un espacio en el que se percibiese con la mayor claridad posible el sentido y alcance de la ética del discurso en su versión apeliana.4 Con todo, en este mismo Seminario, Karl-Otto Apel se vió confrontado con la posición de la ética de la liberación que interpelaba su planteamiento desde los desafíos concretos, sociales y políticos, que la realidad histórica del mundo de la humanidad empobrecida plantea a la filosofía y, de modo especial, a la reflexión ética.

En este Seminario, pues, Karl-Otto Apel conoce la ética de la liberación, en la versión representada por Enrique Dussel,5 como una posición que no es un simple comentario receptor de la suya sino una ética que hace otro camino discursivo y que plantea alternativas diferentes.

De esta experiencia nace este tipo de “presencia” de Karl-Otto Apel en la filosofía latinoamericana del que hablamos aquí, y que se hace explícito en el segundo Seminario del Programa de Diálogo Norte-Sur, celebrado en marzo de 1991 en la Ciudad de México. En el marco de este encuentro el filosofo alemán se refiere directamente a la interpelación que siente ante la ética de la liberación, haciendo de esta experiencia el punto de partida para su reflexión. O sea que ya no expone su ética del discurso a partir de su estructura interna sino que intenta situarla ante el desafío que le plantea la filosofía latinoamericana de la liberación.6

Se trata, en primera línea, de una respuesta; y, en cuanto tal, de la apertura de un diálogo. Con lo cual Karl-Otto Apel empieza a intervenir en el proceso de discusión de la filosofía latinoamericana de la liberación. Es ahora un interlocutor; un interlocutor crítico que analiza con cuidado los nuevos problemas que le plantea a su reflexión ética una filosofía que parte de un contexto distinto, a saber, el contexto de pobreza y exclusión de la mayoría de la población en los países del llamado Tercer Mundo.

Por su intento de respuesta, que significa – dicho de manera muy resumida – un esfuerzo sincero por entender lo propio de la ética de la liberación como una causa legítima que tiene su lugar y sentido en lo que la ética del discurso define en términos de cuestiones de aplicación, Karl-Otto Apel se hace “presente” en la filosofía latinoamericana como alguien que tiene una propuesta propia, pero también – y esto es lo que debe destacarse aquí – como un filosofo que enjuicia e interpreta una expresión concreta del filosofar en América Latina, buscando además un punto en el que, por más allá de las diferencias contextuales y teóricas, se puede converger en una preocupación común. Así, termina esta conferencia subrayando que lo más importante debe ser la preocupación por influir ética y políticamente en el marco estructural e institucional del sistema económico actual.7

En este espíritu de “presencia” crítica, pero a la búsqueda de la convergencia en la voluntad de contribuir a mejorar las condiciones de influencia de la ética en el mundo actual, continuó Karl-Otto Apel su diálogo con la filosofía latinoamericana de la liberación en otro encuentro que se celebró en septiembre de 1993 en São Leopoldo (Brasil).

Ya el mismo título de la conferencia con que Apel participa nos revela la clara intención de continuar el diálogo: “Die Diskursethik vor der Herausforderung der lateinamerikanischen Philosophie der Befreiung”8 se titulaba su conferencia para este encuentro que en la sequencia del Programa de diálogo era el número cuatro, pero que para Apel era el tercero, ya que por motivos de salud no pudo participar en el tercero de la serie donde se había sometido la ética del discurso a la crítica de la filosofía latinoamericana.9 Aclaramos esto porque ello ayuda también a comprender porqué Apel vuelve sobre el desafío de la filosofía latinoamericana de la liberación.

Lo más notable en este renovado intento de diálogo es acaso que Karl-Otto Apel asume un nuevo punto de partida para llevar a cabo la argumentación en su “Auseinandersetzung” con la filosofía latinoamericana de la liberación, a saber, la imputación heurística de una relación de complementación entre la ética del discurso y la filosofía de la liberación.

Desde esta nueva perspectiva repasa Apel el punto de partida de la ética de la liberación, a saber, la escucha y la experiencia vivencial de la interpelación del pobre, reconociendo que este punto de partida tiene la ventaja de la experiencia auténtica del dolor, de la miseria y de la exclusión de los pobres de este mundo. En este sentido, por tanto, la filosofía de la liberación hace valer una dimensión contextual e histórica que implementa el planteamiento de la ética del discurso, si bien no en el nivel formal de la fundamentación reflexiva de la normatividad ética, al menos en el campo de las mediaciones prácticas necesarias para la aplicación de los principios.

Y Karl-Otto Apel llega por este camino argumentativo, que supone evidentemente mantener en toda su significación la división clásica entre la “Parte A” y la “Parte B” de la ética del discurso, al reconocimiento de que ambas perspectivas se necesitan mutuamente para un mejor validación de la ética en el marco histórico de la actual sociedad mundial.10

Igualmente cabe destacar, sin embargo, que al mismo tiempo Karl-Otto Apel resalta que, en el contexto de la complejidad de las relaciones internacionales y problemas del mundo de hoy, la ética del discurso parece estar en mejores condiciones teóricas o filosóficas para responder al desafío del conflicto norte-sur; y esto debido precisamente a su superación del historicismo y de la tentación de afirmaciones dogmáticas.11

Y es justo esta apreciación sobre la “superioridad” reflexiva, si se permite la expresión, de la ética del discurso con su método de fundamentación desarrollado en la “Parte A” la que está en el trasfondo de la conferencia con la que Karl-Otto Apel profundizó su diálogo con la filosofía latinoamericana de la liberación en el marco del quinto Seminario del Programa de Diálogo Norte-Sur, celebrado en abril de 1995 en Eichstätt. Con cuidado y precisión reconstruye Apel aquí el sentido de la distinción entre la “Parte A” y la “Parte B” en la arquitectónica de la ética del discurso para ir mostrando sobre este trasfondo cómo las legítimas demandas de la ética de la liberación no pueden comprenderse más que en el sentido de una dimensión de la aplicación de las normas morales en los marcos institucionales o en los sistemas sociales que caracterizan al mundo actual.12

De donde se desprende, en la lógica de la argumentación apeliana, que el principio contextual o material de fundamentación de la ética en la filosofía de la liberación no es, ciertamente, un principio falso o equivocado, sino que hay que verlo más bien como un principio insuficiente o limitado justo en vistas a una fundamentación de las normas que tenga pretensión de validez universal. Pero de aquí también la necesidad de recoger este principio como una dimensión que pertenece de suyo al proceso comunicativo por el cual la razón busca alcanzar la armonía misma.

Mas nos preguntamos si Karl-Otto Apel, al subrayar ahora este aspecto en la relación entre la ética del discurso y la ética de la liberación, no corrige, al menos parcialmente, la idea de la posible complementaridad entre ambos modelos, para repensar dicha relación en términos de una“subordinación” de la ética de la liberación a la ética del discurso, ya que como ética que ayudaría en la implementación político-estratégica de las normas, pero sin incidir en la dimensión de la fundamentación de las mismas, tendría que reconocer su dependencia de la ética del discurso en lo referente a la clarificación de la racionalidad de sus propias demandas. Pero dejemos ahora a un lado esta cuestión que constituye un verdadero punto de fricción desde el comienzo de este diálogo, y sigamos con lo que interesa en este trabajo, a saber, mostrar en sus rasgos principales el perfil de la “presencia” de Apel en la discusión filosófica latinoamericana.

No se escapa que con su crítica y con su clasificación de la filosofía latinoamericana de la liberación el filósofo alemán le presentaba a ésta un espejo en el que se refleja una imagen de sí misma que, precisamente por ser el fruto de una discusión con el otro, la invitaba a verse a sí misma con otros ojos, y en este sentido la obligaba a revisar los presupuestos contextuales del propio discurso. De esta forma la “Auseinandersetzung” de Karl-Otto Apel con la filosofía latinoamericana de la liberación lo hace “presente” en ésta con una nota específica y singular que lo distingue de otros pensadores europeos, cual es, la de servir de fermento en la propia tradición de la filosofía latinoamericana. Sobre el significado de esta nota distintiva volveremos al final del trabajo.

Continuemos, pues, nuestra relación señalando que esta “presencia” de Karl-Otto Apel en la filosofía latinoamericana que se opera mediante su participación en la iniciativa del Programa de Diálogo Norte-Sur no se puede limitar a su “Auseinandersetzung” con la ética de la liberación. Por lo referido hasta ahora se comprende que se trata de un momento fundamental y decisivo; pues, a pesar de las limitaciones que con todo derecho se puedan indicar13, no cabe duda que esta “Auseinandersetzung” representa un testimonio de interacción filosófica entre dos modelos del filosofar que tiene carácter precursor en las relaciones filosóficos entre el Norte y el Sur.

Mas es importante dejar constancia de que ese momento no agota la forma en que Karl-Otto Apel se hace “presente” en la filosofía latinoamericana a través de su participación en este foro de diálogo.

Los Seminarios posteriores nos muestran, en efecto, cómo se busca la interacción filosófica yendo más allá de la confrontación directa con los planteamientos de la ética de la liberación o, si se prefiere, relegando a un segundo plano la comparación de los modelos éticos en cuestión, para ilustrar el desarrollo de la ética del discurso en base al tratamiento de problemas actuales. De suerte que el diálogo entre las filosofías como tales pasaba a ser un diálogo mediado por lo temas que se discutían. Así vemos que en el marco del sexto Seminario, celebrado en 1996 en Aachen y dedicado a la discusión de la pobreza a la luz de los procesos de globalización y de la lucha por el derecho a tener una cultura propia, Karl-Otto Apel explica la posición de la ética del discurso en base al análisis del problema de la justicia en sociedades multiculturales.14 Justo las aporías – hace ver Apel en el curso de su argumentación – a que lleva este problema en la composición multicultural del mundo globalizado, hacen necesario mantener el horizonte de la pragmática transcendental como la única perspectiva que asegura las condiciones de posibilidad para una fundamentación consistente de normas justas, volviendo con ello a recordar el peligro que encierra toda argumentación contextual basada en factores contingentes.

En esta misma línea sigue la conferencia con que Karl-Otto Apel participa en el noveno Seminario que se llevó a cabo en marzo del 2002 en la Ciudad de México y que de dedicó al tema de la democracia en la diversidad cultural. Pues también en esta ocasión puntualizó Apel los límites de las teorías contextualistas para asegurar una fundamentación con validez universal de la justicia.15

Y en el décimo Seminario, celebrado en Sevilla en marzo del 2004 para analizar la emergencia de los nuevos colonialismos en el mundo de la globalización, Karl-Otto Apel buscó de nuevo el diálogo con la filosofía latinoamericana poniendo en primer plano la discusión de un tema de actualidad, a saber, la cuestión de esclarecer qué sería más deseable y razonable en el contexto de la actual constelación de poder y de la amenaza del terrorismo, ¿el imperio de un estado mundial o la comunidad de los pueblos?16

Estas tres contribuciones últimas muestran, como decíamos, que la “presencia” de Karl-Otto Apel se perfila ahora como testimonio de una posición filosófica desde la cual se piensa la actualidad de nuestro momento histórico y que invita así a la filosofía latinoamericana a cruzar con ella su visón del presente. Dicho con otras palabras, es “presencia” de una filosofía abierta al cruce con otras filosofías en la tarea común de pensar los problemas que hoy desafían a la humanidad.

 

  1. Perspectivas, o en lugar de unas consideraciones finales

Preferimos hablar de “perspectivas”, y no de una reflexión final en la que se presentan conclusiones, porque, si bien es cierto por una parte – como hemos mostrado – que la “presencia” de Karl-Otto Apel en la filosofía latinoamericana ya tiene una historia que se concretiza en notables influencias,17 creemos por otra parte que lo más decisivo es que se trata de un encuentro cuyas posibilidades de mutuo enriquecimiento no están todavía, ni mucho menos, agotadas. Son muchas las perspectivas que se han abierto en este diálogo que ha hecho posible la “presencia” del filósofo alemán en los debates de la filosofía latinoamericana, y que deben ser desarrolladas en el futuro. Son perspectivas, además, que la filosofía latinoamericana no hubiese podido descubrir sin el encuentro con los planteamientos y los ejercicios de aplicación práctica de la pragmática transcendental de Karl-Otto Apel. Por eso nos referíamos antes a la nota distintiva de la influencia de Apel en la filosofía latinoamericana diciendo que consistía en que servía de fermento. Sobre el trasfondo de esta idea apuntemos brevemente algunas de esas perspectivas a las que nos referimos (con lo cual, por cierto, se concretiza al mismo tiempo la idea de la influencia como momento de fermentación).

En primer lugar cabe destacar que la influencia de la filosofía de Karl-Otto Apel ha ayudado a que en la filosofía latinoamericana se descubra una perspectiva discursiva que permite enfocar la cuestión de la universalidad sin hipotecarla con la historia del eurocentrismo ni con el peso del dogmatismo. De esta manera se ha abierto en la misma filosofía latinoamericana una perspectiva de trabajo cuyo desarrollo podría reconciliarla con la idea de una razón filosófica (comunicativamente) universal.

Vinculada con ésta vemos una segunda perspectiva en la función que está cumpliendo la recepción de la filosofía apeliana como elemento que mueve al pensamiento latinoamericano a revisar con intención autocrítica su propio discurso contextual e histórico. Es decir, una perspectiva que, por hacer suyo el principio del discurso comunicativo o de la razón como discursividad, impulsa a pensar lo contextual e histórico de forma que no conduzca a un contextualismo fragmentante y relativista sino justo a la articulación con lo fáctico que necesita la búsqueda de una universalidad verdaderamente comunicativa. En una palabra, es la perspectiva, que persigue la mediación entre contexto y universalidad para que lo contextual no sea ocasión para rechazar discursos integrales y para que la universalidad a su vez no olvide la situacionalidad de los asuntos humanos.

Por último señalemos una tercera perspectiva que complementa a las dos anteriores en el sentido de que la recepción de la ética discursiva en la versión apeliana ha servido de elemento para que fermente en la reflexión filosófica latinoamericana la idea de que la filosofía, sin olvidar ni negar su compromiso social y político, debe ser una instancia discursiva que no puede ni debe confundirse con un proceso de ideologización. En esta línea la “presencia” de Karl-Otto Apel en la filosofía latinoamericana se concretiza en un aviso permanente que hace que se tome conciencia de que la filosofía, acaso precisamente a causa de la contextualidad e historicidad que afectan su argumentación, tiene que cultivarse a sí misma como una cultura del dar razón de las buenas razones que se aducen para tomar partido en la partida del mundo.

No queda, por tanto, más que una palabra de infinito agradecimiento a este gran maestro del filosofar actual. Vielen Dank!


Notas:

1 Hay que notar por una parte que el proyecto filosófico de la apeliana transformación de la filosofía debe verse también sobre el trasfondo del intento de abrir un nuevo horizonte que permita elaborar una acertada mediación de “teoría” y “praxis” o, si se quiere, de filosofía y política. De ahí viene, en el fondo, esa doble dimensión que nos parece característica de su proyecto y que complementando lo dicho, es la que hace Karl-Otto Apel entienda esa “filosofía en transformación” como un tipo de filosofar que asume conscientemente una relación teóricamente tensa con sus “realizaciones” concretas en la historia porque su deber es mantener abierto contrafacticamente el horizonte de comprensión (y de acción) del género humano. Cf. Karl-Otto Apel, Transformation der Philosophie, tomo 1: Sprachanalytik, Semiotik, Hermeneutik, Frankfurt /M 1976, pp. 10 y sgs.

2 Ver, por ejemplo, los trabajos publicados en el número monográfico de Concordia. Internationale Zeitschrift für Philosophie dedicado al tema „Karl-Otto Apel und die lateinamerikanische Philosophie“, volumen 41 (2002). Entre otros citemos aquí: Julio de Zan, „Apel y nosostros“, pp. 16-26; Stefan Dress, „K.-O. Apel und der Dialog mit der lateinamerikanischen Philosophie“, pp. 27-47; Mario Rojas, „Die Rezeption der Philosophie Karl-Otto Apels in Mexiko“, pp. 104-116; Ricardo Salas, „Discursos, acción y contextos. Notas sobre la ética del discurso desde el Cono Sur de América Latina“, pp- 117-129; y Carmen Bohórquez, „La ética del discurso de Apel y su recepción en Venezuela“, pp. 130-136.

3 Ricardo Maliandi, „El debate actual entre la ética discursiva y la ética de la liberación”, en Raúl Fornet-Betancourt (ed.), Diskurs und Leidenschaft. Festschrift für Karl-Otto Apel zum 75. Geburtstag, Aachen 1996, pág. 145.

4 Cf. Karl-Otto Apel, „Diskursethik als Verantwortungsethik. Eine postmetaphysische Transformation der Ethik Kants, en Raúl Fornet-Betancourt (ed.), Ethik und Befreiung. Dokumentation der Tagung: „Philosophie der Befreiung: Begründungen von Ethik in Deutschland und Lateinamerika“, Aachen 1990, pp. 10-40.

5 Cf. Enrique Dussel, „Die Lebensgemeinschaft“ und die „Interpellation des Armen“. Die Praxis der Befreiung“, in: Raúl Fornet-Betancourt (ed.), Ethik und Befreiung, ed. cit.; pp. 69-96.

6 Es significativo que Apel haya titulado su conferencia en este Seminario de la siguiente manera: “Die Diskursethik vor der Herausforderung der “Philosophie der Befreiung”. Versuch einer Antwort an Enrique Dussel“, en Raúl Fornet-Betancourt (ed.), Diskursethik oder Befreiungsethik? Dokumentation des Seminars: Die Tranzendentalpragmatik und die ethischen Probleme im Nord-Süd-Konflikt, Aachen 1992, pp. 16-54.

7 Cf. Karl-Otto Apel, „Die Diskursethik vor der Herausforderung der „Philosophie der Befreiung“, ed.cit., p. 53.

8 Cf. Karl-Otto Apel, „Die Diskursethik vor der Herausforderung der lateinamerikanischen Philosophie der Befreiung“, en Raúl Fornet-Betancourt (ed.), Konvergenz oder Divergenz? Eine Bilanz des Gesprächs zwischen Diskursethik und Befreiungsethik, Aachen 1994, pp. 17-38.

9 Las actas de este tercer encuentro, que se organizó en abril de 1992 en Mainz, se pueden consultar en: Raúl Fornet-Betancourt (ed.), Die Diskursethik und ihre lateinamerikanische Kritik, Aachen 1993.

10 Cf. Karl-Otto Apel, „Die Diskursethik vor der Herausforderung der lateinamerikanischen Philosophie der Befreiung“, ed.cit.; pp. 19 y sgs.

11 Cf. Karl-Otto Apel, Ibid.; pp. 35 y sgs.

12 Cf. Karl-Otto Apel, „Kann das Anliegen der „Befreiungsethik“ als ein Anliegen des „Teil B der Diskursethik aufgefaß werden? (Zur akzeptierbaren und zur nicht akzeptierbaren „Implementation“ der moralischen Normen unter den Bedingungen sozialer Institutionen bzw. Systeme)“, en Raúl Fornet-Betanocurt (ed.), Armut, Ethik, Befreiung. Dokumentation des V. Internationalen Seminars des philosophischen Dialogprogramms: Armut, Ethik, Befreiung. Interpretations- und Handlungsmodelle in der Nord-Süd-Perspektive, Aachen 1996, pp. 13-43.

13 Para un análisis detallado del encuentro entre el ética del discurso y la ética de la liberación pueden consultarse: Stefan Drees, Diskurs- und Befreiungsethik im Dialog: Eine Fallstudie zur Soziologie der Philosophien, Aachen 2002; und Hans Schelkshorn, Diskurs und Befreiung. Studien zur philosophischen Ethik von Karl-Otto Apel und Enrique Dussel, Amsterdam 1997.

14 Cf. Karl-Otto Apel, „Das Problem der Gerechtigkeit in einer multikulturellen Gesellschaft, en Raúl Fornet-Betancourt (ed.), Armut im Spannungsfeld zwischen Globalisierung und dem Recht auf eigene Kultur. Dokumentation des VI. Internationalen Seminars des philosophischen Dialogprogramms, Frankfurt 1998, pp. 106-130.

15 Cf. Karl-Otto Apel, Is a political conception of „overlapping consensus“ an adequate basis for global justice?“, en Raúl Fornet-Betancourt (ed.), Theorie und Praxis der Demokratie in den Kulturen, Dokumentation des IX. Internationalen Seminars des Dialogprogramms Nord-Süd, Frankfurt 2003, pp. 15-30.

16 Cf. Karl-Otto Apel, „Internationale Beziehungen: Was ist wünschenswert: das Imperium als Weltstaat oder die Völkergemeinschaft?“, en Raúl Fornet-Betancourt (ed.), Neue Kolonialismen in den Nord-Süd-Beziehungen, Frankfurt 2005, pp. 29-44.

17 Para evitar todo malentendido sobre el alcance limitado conscientemente de nuestro presente trabajo queremos insistir en lo expresado arriba (Cf. nota 2) sobre la concentración al análisis de la participación de Apel como interlocutor en los Seminarios Internacionales del Programa de Diálogo Norte-Sur.


 
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